Cómo afecta la deshidratación en el ejercicio

Una buena hidratación es fundamental a la hora de hacer ejercicio.

Cuando hacemos ejercicio físico de cualquier tipo, el calor que se va a producir en los músculos debe eliminarse para mantener el correcto funcionamiento de los mismos.

Ahí es donde será importante el papel del agua, ya que debe transportar ese calor por la sangre hacia la piel para evaporarse en forma de sudor.

Por tanto, el agua se convierte en un termorregulador corporal, hidratarse será fundamental para una práctica segura del ejercicio físico.

¿Cuándo se produce la deshidratación?

La deshidratación durante el ejercicio físico ocurrirá cuando haya una pérdida excesiva de agua corporal o no se reponga la pérdida:

  • Deshidratación mayor al 2%: cuando la deshidratación rebasa el 2%, los efectos más habituales que evidencian esa pérdida de agua corporal serán un aumento en la frecuencia cardiaca y/o un incremento en la temperatura por encima de lo normal.
  • Deshidratación superior al 5%: cuando la deshidratación supera el 5%, nuestro rendimiento deportivo en actividades prolongadas puede verse reducido en un 20 o 30%. Esto puede traducirse en náuseas o vómitos, entre otros efectos, a causa de la fatiga.

Es importante conocer los síntomas de la deshidratación para poder prevenirla.

Uno de ellos es la sed, que aparece cuando ya se ha perdido un 1% de nuestro peso corporal, nivel al que ya se puede ver afectado el rendimiento físico.

Por todo ello, nuestra recomendación es que mantengas una buena hidratación a lo largo del día y tengas siempre a mano una botella de agua cuando estés haciendo deporte.

Así que, cuando tengas sed, bebe un poco para ayudar a tu cuerpo a expulsar el calor y sigue disfrutando en perfectas condiciones de tu deporte favorito.